jueves, 30 de junio de 2011

Más de mi novela II

La belleza no estaba en sus formas, su percepción de belleza radicaba en su espíritu, se enamoraban de su espíritu, no poseía bienes materiales, los había perdido por la vida, estaba enamorada del amor, se reía de cualquier sarcasmo, de cualquier manera de enviar insultos, no era su sistema de tortura, no deseaba hacer sufrir a nadie, no sentía el abandono de los demás, sentía que la perdían, sentía la expresión de libertad de las cosas dadas y situaciones consumadas, dio libertad porque ella es un ser libre, no estaba modelada de determinismos, no hacia cálculos exactos de cómo tendrían que ser las cosas, la energía explosiva que generaba multiplicaba las opciones de los resultados, no quería perder la libertad de su nombre, no respondía a ningún llamado anterior a ella, porque de esa forma dejaría de ser libre, se donaba a la vida.

Si llegaba al mundo de las necesidades sabía que quedaría atrapada, no era lo que quería de su mundo, y está en el mundo, por eso se lanzaba al mundo con sus rebeldías, y entusiasmos que en la intensidad la cautivan, era una afirmación bruta de la existencia de una naturaleza ciega, desnuda, ella aceptaba la libertad como un don natural, una propuesta a los delirios de una vida intensa, que vuelve de a ratos su asociación de seres humanos igualmente libres, por eso al dar la libertad al otro se estaba dando la libertad así misma.

A partir de esa libertad aparecieron las necesidades de los otros, las alineaciones de los otros, se transfiguraban los hechos más rebeldes en la magia de la espontaneidad, ella se apoyaba en la libertad espiritual, donde los instantes de dignidad trascienden a las condiciones de los hechos, había florecido gracias a las dificultades, a la elección, al sacrificio, y no se apegaba al egoísmo, porque sabía, que: se estaba separando de un hombre, no de un ser humano, quería la libertad de un ser humano valorizado, se incrustaba en ella y no soltaba amarras a esa libertad, no quería entregar su vida por un mínimo de seguridad, solo quería ser amada.

martes, 28 de junio de 2011

Un poquito de J.L. Borges

La tarde era íntima, infinita.El camino bajaba y se bifurcaba, entre las ya confusas praderas. Una música aguda y como silábica se aproximaba y se alejaba en el vaivén del viento, empañada de hojas y de distancia. Pensé que un hombre puede ser enemigo de otros hombres, de otros momentos de otros hombres, pero no de un país: no de luciérnagas, palabras, jardines,cursos de agua, ponientes.

martes, 14 de junio de 2011

Un poco de trabajo (pag 127)

La tarde avanzaba, el sol estaba cayendo en el oeste, podía ver como se escondía, su vista lograba distinguir el color rosado que produce el azul del cielo con el color del sol escondiéndose, contemplo la franja verde de los árboles, todavía permanecía la claridad del día: como una promesa de un mundo nuevo en sus sospeches, que: la hierba y las flores siempre florecen cada año, sonreía animada, mientras la franja de sol había desaparecido a través de su ventana. Apreció una humillación de esperanza en ese momento y con ese entusiasmo de los atardeceres, quería que durasen para siempre.

Él se abrió paso para acercarse a Catalina, que estaba apoyada sobre el balcón, como si el aire la estuviese sosteniendo con estabilidad, pudo distinguir mientras se aproximaba, que a través del hierro forjado del balcón, la existencia de su cuerpo refinado, un cuerpo incongruente con la realidad, cuando todo está hecho mierda tratando de representar un papel decente.

Los edificios detrás de ella, hacían pensar en lo maravilloso de estar vivos, en la arquitectura de los hechos, en una entereza al odio, a cualquier estremecimiento relacionado a la inmadurez, él la protegía en ceremonia al buen momento que pasaban juntos, podían hablar de amor, podían hablar de belleza y nada de mentiras, se sentían en paz. No tenían nada que temer en ese habitáculo de ningún sitio, de ninguna vista, más que las de sus destinos. La tomo, la dio vuelta por sobre si, la tomo de sus brazos, luego por la cintura y sus labios se encontraron húmedos, cálidos, sin ninguna agitación, sin exigir felicidad, Catalina lo abrazó por el cuello y dijo.

- ¡Cuanto te deseo…….cuanto te extraño! -. Sabiendo que había transcurrido poco tiempo desde el último día en que se vieron.

Ganas

Comenzar el día, no es fácil cuando estamos con el estimulo bajo, hay que arrancar, hay que hacer, no por nuestros logros, hacer cosas, salir a caminar, leer un libro, mimarse, hacer..realizar, construir...eso cambia el día.

A veces me doy cuenta que no tengo nada que hacer, mejor dicho:" no tengo ganas de hacer" y me muevo silenciosamente, aceptando un triste precio de resignación, pero resignarme? es algo que no me banco, hay mucho para cambiar, hay mucho para crear, hay mucho para disfrutar, es el momento que hay que dejar las emociones y tomar el pensamiento para no cometer errores.

viernes, 10 de junio de 2011

Al ver verás

Como cambian las cosas, ese arroyo ahora tiene espigones donde entramos y amarramos los botes, para que no se golpeen con las olas del río, provocadas por las lanchas que pasan como en una autopista, hay remeros que hacen, no para ellos mismos, no para la vida, no por sus logros, sino para otros seres humanos.

Tal vez sería más fácil que se queden el resto de sus vidas enroscadamente para siempre, vivir de una forma prestada, pero quieren sentirse libres construyendo una nueva era y al ver verás.

miércoles, 1 de junio de 2011

La pionera Adela (escrito antes del 1900)


Nacer Hombre

Cuánto trabajo ella pasa
Por corregir la torpeza
De su esposo, y en la casa,
(permitidme que me asombre)
tan inepto como fatuo
sigue él siendo la cabeza,
porque es hombre.


Si alguna versos escribe
-?De alguno esos versos son
que ella sólo los suscribe?;
(permitidme que me asombre)
Si ese alguno no es poeta
¿por qué tal suposición?
-Porque es hombre.

Una mujer superior
en elecciones no vota,
y vota el pillo peor;
(permitidme que me asombre)
con sólo saber firmar
puede votar un idiota,
porque es hombre.

Él se abate y bebe o juega
en un revés de la suerte;
ella sufre, lucha y ruega;
ella se llama ?ser débil?,
y él se apellida ?ser fuerte?
porque es hombre.

Ella debe perdonar
si su esposo le es infiel;
mas, él se puede vengar;
(permitidme que me asombre)
en un caso semejante
hasta puede matar él,
porque es hombre.

¡Oh, mortal!
¡Oh mortal privilegiado,
que de perfecto y cabal
gozas seguro renombre!
para ello ¿qué te ha bastado?
Nacer hombre.