viernes, 18 de diciembre de 2009

A pleno el río Luján

Las sombras discurrían velozmente bajo el auto viejo retorciendose en las cuervas que los llevarían a destino.

Cruzaban la autopista de Buenos Aires como indicio de la evolución del hombre, pero ellos querían salir de esa evolución , querían ver las ondulaciones del río marrón sobre la rampa del CRLM.


Transitaba luna llena bajo un cielo azul, el río estaba a pleno como siempre en ese ciclo, cubriendo toda la rampa, era como si la naturaleza tuviera el valor de sus personas.


Entre el colorido de la vegetación en primavera, como una tarjeta postal con dedicación, se sentaban a tomar unos mates para ver desde el parque la caída del sol cuando destella como única joya.


Sabiendo que se puede combatir a los sinvergüenzas sin ira, sin fuego, sin nada, porque no necesitan lanzar la primera piedra, ni la segunda para sentir que estos se cierran todas las puertas, ni siquiera los mendigos tienen cerradas las puertas...