martes, 12 de junio de 2001

Al final, se cumplió la profecía

Dejé atrás mucho desánimo, el dolor que habían causado unos tontos, en ese momento del 28 de Julio del 2007, esa travesía en grupo se tornó irreparable.

Creí haberlo definido como el comienzo de una nueva etapa del club, de mi vida, era un renacimiento, tomábamos conciencia de la falta de profundidad con la que proceden algunos, y únicamente venciéndonos en lo sencillo de la conciencia, pudimos traspasar esa dificultad, cada uno haría su vida, aparecerían nuevos grupos, y se cumpliría la profecía:

Dejaríamos cada detalle que obedece a una travesía, la alegría de cada persona, ese grupo de palas rojas y blancas que devoraba muchos ríos, ya no existe, ha muerto hace mucho tiempo, somos solamente restos de un calado recuerdo.