lunes, 8 de noviembre de 2010

Nada, quedarse quieta.

El día nublado, lluvia, no creo?... soy yo la que no quiere avanzar, como perdiendo el sentido, entonces las ganas de sentirse bien, cuando perdés eso, viene el amor, la justicia, la fe y el comienzo de toda confusión dentro de estas cuatro paredes.

El viernes, el sábado, dos días con ánimos diferentes, el amplio delta que se extendía bajo nuestras remadas, tenía que postergar mis reflexiones un momento más, no deseaba encontrar respuestas a mis preguntas solo contemplar como el calor, de golpe, se elevaba en esos días sobre Buenos Aires, porque fluctúa mi energía, de golpe, alguien la tomó prestada hasta mañana?

Sin embargo, algún poder habría influido en mi estado, por causas naturales, por falta de fuerzas, por falta de vitaminas, como si mis músculos hubiesen luchado contra una fuerza ciega, como si ellos hubiesen llegado a su expresión final, como si hubiese sido el camino de mi desenlace, y solo reme, reme, reme......e hice el amor, el amor, para quedar sola observando las gotas de lluvia que riegan mi jazmín.