martes, 9 de febrero de 2010

El parador de Punta gorda R.O.U.

Sentados en el Parador de Punta gorda, viendo la inmensidad de Delta de Tigre, algunas formas humanas que pasaban a nuestro alrededor por ese acantilado como formas físicas sin ningún sentido, muy pocas, el pasto crecido, recordando la época donde pasábamos al medio día almorzar, algunos quedándose hospedados después de una travesía a remo sin deseos de regresar, ahora, por las noches, la oscuridad dejaba sentir cuerpos emborrachados, descartando preservativos en el rincón de Darwin.

Nosotros al medio día, atentos, escuchando el triste relato de Fabricio de Lucca que: después de veintisiete años de un inagotable trabajo como regente del Parador, atendiendo a unas cien personas por día, antes del corte del Puente internacional que comunica Argentina con Uruguay, este hombre se veía desmoronado porque en un mes su gobierno uruguayo lo estaría desalojando de su trabajo que heredo de su familia y no pudo sostenerlo por ser una víctima de la instalación de la papelera Botnia, y los asambleístas de Gualeguaychu.

Un lugar donde Carlos Darwin estuvo realizando el estudio del origen de la especies por el año 1833 del mes de noviembre, desde luego que es una realidad que cuesta creer, una realidad que el científico se sentiría avergonzado de la evolución del hombre, de los gobiernos que pierden la noción de quien es el interés que se pone en juego, o tal vez sean complices para aumentar sus ahorros mientras un lugar como ese sea destruido por una clase de inmundicia que no debería existir, seguro que: en sus tiempos también se encontraba con las dificultades de sus existencia.

Deberían ver los desechos humanos con que se cubren los puestos de trabajo, la realidad es que el Señor Mena dueño de Buquebus en estos años pudo comprar una flota de aviones para aumentar su poder, gracias a los ambientalistas que están defendiendo su fuente de trabajo,........ mientras el sabio naturalista espera la desaparición del ser humano.