lunes, 29 de noviembre de 2010

Inflexible sencillez

Pasaron muchas semanas sin postear algo, nada, estuve completando lo que estaba a medias, lo vacío, lo llené, lo viejo quedó renovado.

La pc la encendí solo para conectarme con una radio de Europa, mientras los mosaicos daban forma al patio, al comedor, las cortinas se colgaban, las macetas se llenaban de tierra, la mariposa se posaba las alegrías del hogar, sin pretender lucir, al son de los violines, los sopranos, la orquesta, una guitarra punteada.

Solo sé que: tengo que acabar mis obras, como intentando completarme a mi misma, las palabras fueron económicas, solo avanzaba la obra material, me parecía imposible terminar, pero ni el aguacero sobrepasa una jornada.

En esos trabajos encuentro una nueva grandeza, aunque todavía como todos los iniciadores, me limitan los prejuicios de la pobreza, de la riqueza, queriendo pretender belleza, esas exigencias severas que hace del artista, el deportista......

Cuando las obras están acabadas, la angustia de terminar se va, queda el cuerpo molido, todo puede seguir en su curso, se puede teclear un rato más, cada vez, sintiéndose más libre, y sigo escuchando una obra hermosa, he disfrutado, nado, remo con la corriente, acompañada por el punteo de Oscar Herrero.