jueves, 25 de febrero de 2010

Cambiando la imágen

Tenia la costumbre de atender un hogar, un servicio no gratificado, nada más que por amor, hacer las cosas para que funcione ese mundito, aparte de dar un aporte material saliendo a trabajar, pero muchas veces no se reconoce hasta que se lo pierde.


Son esas oportunidades que no vemos mientras estamos dentro, hoy estoy fuera de ese espacio, me atiendo a mi misma, en esa libertad siento que avanzo, como muchos a una nueva realidad, que deciden no estar conviviendo entre ollas y sartenes y no porque no sea lindo, sino porque nadie obliga con horarios, compramos nuestro almuerzo a alguna mujer que hizo su emprendimiento de comidas, alguien ayuda en las tareas de la casa, veo una película en casa sin interrupciones.

En esa libertad siento que avanzo, que soy parte de esas mujeres que pretenden cambiar el mundo, no necesitan de alguien para tenerlo al lado, se compromenten con el mundo para que este mejore, como los vegetaríanos evitando el derramamiento de sangre y no es que no les guste una tira de asado, hacemos un equilibrio en los desordenes de niños desamparados, de niñas violadas sin haber jugado con muñecas.

Para cumplir esos deseos, como mujer me siento extraña porque no cumplo con el orden biológico, costumbres heredadas de las madres, lavar la ropa de muchos, los platos, etc, decidí privarme del placer de muchos, para ver que belleza propia puedo realizar, edificó una casa para vivir bien, sé que se puede dormir en el piso, pero es frío, duro.

Tengo un poco de miedo pensar que no tendré hijos que estén a mi alrededor cuando sea vieja, o este enferma, pero también he visto que muchos viejos mueren abandonados en los geriatricos teniendo hijos, por eso no sé que será de mi futuro, pero voy en esa libertad que no responde por necesidad, unida en la desconfianza, con cierta apariencia de grandeza que parece creíble.

Lo que disfruto lo hago, nadie me impone, esta bueno sentir esa libertad que los hombres sienten además de tener una mujer en casa, por eso debe ser que son los primeros en armar un hogar, sintiendo que no son libres, que necesitan que los necesiten, nunca abandonan una mujer.