Durante un largo año, la tripulación del "Corsario" estuvo remando todas las regatas de la linea de botes doble par con timonel, haciendo buenos puntos, poniendo fuerza, aunque a veces nos enojábamos de nuestros egos, teníamos la capacidad de pensar, sentir, ponernos en una posición molesta para llegar a un buen puesto.La regata de la Vuelta Grande tuvo situaciones incomodas, eran cuarenta y ocho kilómetros que teníamos que tolerar, aguantar, resistir remando hasta que nos dieran el "stop para Marina", la siguiente vuelta de travesía que fue la que organizó el club Suizo, el bote "Corsario" armó una tripulación como pudo y ganó el primer puesto en la categoría con Andre, Analaura y el Capitán, quedando en tierra Ale y yo.
En la vuelta que organizaba el Club Náutico HACOAJ, no hubo un buen acuerdo de tripulantes para que nuevamente surcara las aguas sucias, contaminadas de la pista de remo Argentina. Es muy difícil llegar a un acuerdo con otras personas, no tiene nada que ver con el pensamiento individual de cada uno, un acuerdo entre remeros es una negociación de principios, no dejar a nadie en tierra.
Pero no se logra nunca eso, porque nadie puede usar los pulmones para respirar por el otro, nadie puede usar los pensamientos del otro para poder pensar, todas las funciones son personales, del espíritu, del cuerpo.... y el Corsario se quedaba en tierra.
El Corsario no podía quedarse en tierra, había modelado nuestros cuerpos, nuestro espíritu durante un año, muchas veces armonizamos, y fuimos flexibles para que él navegará, tuviera visión de los ríos, las corrientes, las olas, porque produjo, nutrió nuestras vidas por un lindo tiempo y espero que lo siga haciendo......
