
El viento norte no dejo de soplar sobre los dos botes que habían partido de la rampa de CRLM, la ruta para remar fue la habitual porque nos quedaríamos sin agua el los bajos del temor, la temperatura del agua no estaba para chapotear en el barro del Río de la Plata.
En el río Antequera la comunicación nos había puesto al tanto de nuestros campos de batallas, de cuantas estrategias olvidamos en la acción, los pensamientos también se pusieron en acción. Los silencios de nuestra conversación permitían los sonidos de la naturaleza, el movimiento del carrito sobre la vía y el hundimiento de las palas en el agua como también en el banco de popa, cuando se deslizaba el bote.
Un Km. antes del Paraná de las Palmas Pablo tuvo que hacer sus controles por su tratamiento de insulina, comimos sobre un muelle, Osvaldo y Pato querían llegar, alejarse de la locura, estirar las piernas, no bajaron y felices se alejaron de nuestra vista sobre el reflejo del sol sobre el agua por entre las ramas de los árboles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario