martes, 14 de julio de 2009

Cansados del Río Chaña

En los aguajes del Durazno avistamos Garzas grises, Federales y Benteveos, remontamos el insoportable río Chaña que siempre nos agarra cansados, nuestras acciones cada vez más lentas, la temperatura empezaba a bajar, habíamos disfrutado de un buen día de sol de invierno.

Dejamos atrás los árboles desnudos, nos sentíamos felices que estábamos cada vez más cerca porque queríamos bajar del bote, los pinos estaban intactos, verdes, colorados, estábamos sensibles, nos esperaba el hogar a leña que nos abrigarían de una noche fría.

Regresamos con las manos destruidas, Pablo sin guantes me preocupaba, mis pensamientos se transformaban en palabras de cuidados, pero él se oponía, no eran buenas mis ideas.
Llegamos así, por cancha larga hasta el Aº Gambado, las calas que había cortado del jardín del club de la Motonáutica estaban intactas en popa, no hubo lanchas que las volcaran en todo el día, había granizado en Vte. López, mientras nosotros teníamos un buen día.
Volviamos sin lluvía, a la tentativa de vivir con la razón, después de una buena reflexión, una linda manera de vivir remando, porque no encontramos la salvación del mundo, ni la ciencia encontró una vacuna, algunos volveran a la fe en Dios, nosotros cansados de remar.....

Vivimos un encuentro con la realidad, una buena ducha de agua caliente y a estrenar el escritorio de algarrobo tallado, escribiendo este posteo, olvidando los secretos que nos confiamos en los logros de esa travesía.


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