domingo, 17 de enero de 2010

1º Travesia a remo en un bote E a Colonia (1)

No eramos esposos pero realmente lo eramos, así después de un triste desenlace de nuestras vidas decidimos remar juntos el Río de la Plata, hasta la cuidad de Colonia ROU, con un bote que reflotamos de nuestro querido CRLM, un trabajo de tres años con nuestro carpintero Ruben Sessini, algunos asesoramiento del Ing. Naval Adrián Pacheco y así salio a flotar la nave, caminaba muy bien con corriente en contra, era marinero, se banco muchas tormentas de la naturaleza, no así: la inmoralidad.

Salimos ocho remeros: dos botes de mi club y dos del Club América, nos embarcábamos en una inusitada travesía a remo, río abierto, dependiendo solo de nuestro entrenamiento, conocimiento y yo sería la primer remera del CRLM que llegaba a Colonia remando en un bote simple con timonel.

Teníamos que respetar la palabra prometida que: el primero espera al último en toda la travesía, nunca se cumplió, los enojos aparecieron, no solo contra toda la situación, sino contra mi misma, porque esa situación obligaba a confundirnos, además teníamos que estar agradecidos por las atenciones recibidas.

En el terrible caloraso del 31 de diciembre del 2006, dimos una vuelta absurda por el arroyo largo esperando a los otros botes que nunca hicieron ese recorrido, se fueron por aguas abiertas, las intenciones no eran claras, mientras tanto, nosotros desaprovechábamos buenas oportunidades en la travesía por la palabra prometida.

Volvimos a la realidad a los botes de CRLM, por un instante, lo que estábamos sintiendo era aquello que todos los hombres experimentan, estamos en medio de discusiones nada seguras y fuimos los primeros en cerrar las bocas ante el síntoma de peligro que PNA nos dejaba vagando innecesariamente por el Arroyo Guazucito hasta el río de la Plata con temperaturas elevadas.

Fue el primer año de nuestras vidas que no brindamos para un año nuevo, ni tuvimos fuegos artificales, dormimos dentro de nuestras carpas, esperando abrir una lata de conserva después de perder la oportunidad de comer una buena cena de fin de año en el recreo de Omar Orfao, y esperando acariciar la mano de quien nos abofetearía.


Empezábamos nuestra travesía con luchas internas y externas, me preguntaba si aquello era una burla a la palabra ó una extraordinaria subestimación de victimas elegidas?
No importó, salimos temprano antes que el sol salga sobre el Arroyo Guazucito, la brisa estaba fresca todavía sobre el canal del Paraná Guazú...más tarde sería muy dura la travesía a río abierto, sin reparo, sin sombras a nuestro alrededor, solos remando....

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