domingo, 13 de diciembre de 2009

Actitudes

Había tomado conciencia de la mala actitud laboral, comprendí que tenía que cuidarme constantemente.

La mala actitud siempre quiere ir más lejos que la buena, como consecuencia era el blanco del peligro, de ante mano sabía como podía terminar mi etapa laboral, enterrada, sin trabajo.

Se vino todo lo que presentía como una especie de convulsión dolorosa, estaba por perder mi capital: "el trabajo", convencida que tenía que seguir luchando, remando sin soltar los remos ante las adversidades, seguía con la realidad de las máscaras descubiertas, observando la expresión de las "caretas" por el dolor del otro, me abría noble prefiriendo destruir ese mal momento en pedacitos.

Arranque nuevamente, con la ayuda de unos buenos a construir nuevas funciones porque saben que me gano la vida en forma honrada, la forma más difícil, pero.... de la cual no me voy a sentir culpable, ni tampoco por existir, quiero estar de mi lado.

No solo estaba compitiendo para ganar unos centavos en forma honesta, estaba compitiendo porque ninguno de ellos puede desafiar la verdad, me niego aceptar que ser capaz de trabajar es algo malo, me niego a las malas actitudes.

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